Las 09 preguntas que nos hacemos todos los papás.
1) ¿Cómo elegir la escuela para nuestro hijo?No es tan necesario que la escuela cuente con experiencias previas, pero sí que pueda comprometerse a hacer un verdadero proyecto de integración. La voluntad de un directivo sola no alcanza. Tampoco la ternura que nuestro niño despierte en su maestra. Lo más importante es que el centro educativo en su conjunto esté convencido de querer integrar.
2) ¿A partir de qué edad podemos integrar a nuestro hijo en una escuela?El ingreso temprano al jardín de infantes lo ayuda a vincularse con otros niños y, así, disfruta de horas de juego con sus compañeros. No hay una edad sugerida de ingreso exacta. Pero la experiencia demuestra que cuanto más pequeño ingrese, mejor se adaptará. Es importante que los profesionales de nuestro hijo acompañen y guíen este proceso.
3) ¿Cualquier maestra de Preescolar o maestra de grado puede enseñar a nuestro hijo? Todo docente está capacitado para enseñar a todos los niños, pero es fundamental que desee hacerlo. También es importante que esté dispuesto a aceptar ayuda de los profesionales de apoyo y, sobre todo, que tenga confianza en las posibilidades de nuestro niño.
4) ¿Alcanza sólo con que nuestro hijo asista a una escuela común?Nuestro hijo necesita, además, el sostén de la educación de apoyo fuera del horario escolar. Y ésta debe reunir tratamientos de fonoaudiología, psicopedagogía, psicomotricidad, entre otros, según las necesidades de cada caso.
5) ¿Debe haber comunicación entre los docentes de la escuela común y los profesionales de apoyo de nuestro hijo?Es importante que trabajen en equipo. Cada uno debe aportar su visión y, en conjunto, evaluar el proceso de aprendizaje y hacer los ajustes necesarios para el logro de los objetivos fijados para nuestro hijo.
6) ¿Qué papel ocupamos nosotros como padres?Somos los que más conocemos y amamos a nuestro hijo. Por lo tanto, debemos estar atentos a cada decisión. Debemos apoyar el trabajo de los maestros y terapeutas y participar activamente en las reuniones con ellos. Nuestras opiniones son fundamentales.
7) ¿La presencia de nuestro hijo disminuye el aprendizaje del resto de los alumnos de la clase?El aprendizaje escolar es un proceso donde todas dan y, a la vez, reciben. Siempre debemos tener presente que la escuela prepara para la vida y éste es su verdadero sentido. Está mundialmente comprobado que con la diversidad se enriquece la educación. Un niño que crece junto a un niño especial jugará con él, aprenderá a respetarlo, tendrá oportunidades para ayudarlo y descubrirá que todos tenemos distintas posibilidades.
8) ¿El colegio debe informar a los otros padres que habrá un alumno Down en clase? Sí, cada escuela evaluará cómo y cuándo presentará el tema a la comunidad educativa. La experiencia nos demuestra que las integraciones más sólidas son las que cuentan con el compromiso de todas las partes.Reuniones de padres con dinámicas bien planificadas, un video formativo, un debate con un profesional idóneo, entre otras actividades para la promoción de la integración, permiten a los papás de todos los alumnos aclarar las dudas y la colaboración por parte de ellos.Es importante considerar que los compañeros de nuestro hijo llevarán el tema a sus hogares y es lógico que buena parte de sus familias desconozcan qué es el síndrome de Down.
9) ¿Nuestro hijo puede hacer lo mismo que sus compañeros en la escuela?El camino que elegimos para nuestro hijo desde que nació es el de mostrarle todo lo que puede y podrá hacer. No sólo en la escuela, sino a lo largo de toda su vida. La etapa escolar lo formará para su futuro.Debemos ayudar a nuestro niño con sus tratamientos y atención de apoyo para que pueda hacer por sí mismo lo máximo posible. Siempre debemos valorarlo y aceptar sus limitaciones. Tenemos que acompañarlo con actitud y con la confianza de todos los que lo rodean.
¿Hasta cuándo la integración escolar?
Si nuestro hijo empieza a dar sus primeros pasos en el jardín de infantes o en primer grado, tenemos que aprender a disfrutar cada momento. Y si avanza escalón por escalón en su proceso escolar, debemos estar convencidos de que él nos señalará por dónde sigue la escalera. No nos preocupamos si algún peldaño le cuesta más que otro o si nuestro niño debe cambiar de escalera. Recordemos que él nos enseña a vivir el presente y a no atormentarnos por el futuro. Se trata, en definitiva, de que busquemos la mejor opción para cada momento de su vida.
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